¡Clases de Venta con Nuestra Caserita!
¿Aprendimos bien?
En el mercado, el intercambio de experiencias es clave. Una joven entusiasta se acerca a la caserita y le pregunta: “Quiero vender frutas, pero tengo miedo de que no me compren. ¿Cómo vendes tú? Enséñame, no te voy a quitar el negocio”.
La caserita, con su sabiduría y experiencia, responde: “Ven, mamita linda, llévate esta fruta. Diles que es más dulce que ninguna”. Con su carisma y energía, intenta motivar a la joven para que adquiera confianza al ofrecer su producto.
“Tienes que decir: ‘¡Ven, caserita! ¡Esta fruta es deliciosa!’. Inténtalo”, aconseja, mientras la joven comienza a practicar su discurso: “Caserito, ven, esta fruta dulce está rica, ¡no te vas a arrepentir!”.
Con entusiasmo, la joven sigue practicando: “¿Cuánto quieres por los arándanos? ¡Solo 15! ¡Cómprame, ya te lo digo!”. La caserita sonríe, viendo cómo la joven se va sintiendo más segura.
Al final, ambas ríen y se sienten satisfechas. “Si me contratas, aquí estaré”, dice la joven, y la caserita la anima a seguir adelante con su emprendimiento. ¡La venta es un arte que se puede aprender con pasión y dedicación!