Día de las Ñatitas: "Hay que cuidarlas como a una wawa", se cree que brindan protección y ayudan en momentos difíciles
El 8 de noviembre se celebra una tradición ancestral en Bolivia, donde las "ñatitas" juegan un papel fundamental en la protección y el bienestar de las personas.
Cada 8 de noviembre, después de la festividad de Todos Santos, se celebra el Día de las Ñatitas, una tradición única en Bolivia. Este día está dedicado a honrar a los muertos, pero con un enfoque muy particular. Según la creencia popular, las ñatitas, calaveras humanas decoradas y cuidadas por sus "adoptantes", tienen la capacidad de brindar protección, ayudar a resolver problemas y guiar a las personas en momentos de dificultad.
Durante esta festividad, se cree que los espíritus de los muertos no están realmente "muertos", sino que viven en otro espacio al que los vivos no tienen acceso. "El muerto no se ha muerto", aseguran, ya que, aunque no podemos verlos, los espíritus de los difuntos están presentes y pueden observar a los vivos. Es una forma simbólica de mantener vivos a los seres queridos que han partido.
El proceso de adopción de una ñatita no es algo que se elija fácilmente. Los creyentes afirman que la calavera "te busca", y una vez adoptada, debe ser tratada con respeto. "Hay que cuidarlas como a una wawa", afirma un devoto, refiriéndose a que deben ser atendidas como si fueran un niño pequeño, no como un objeto o un simple símbolo. Esto implica ofrecerles ofrendas, como flores y comida que les gustaba cuando estaban vivos, e incluso hablarles, pidiendo su ayuda en asuntos importantes. "Les hablas como si estuvieran con vida", añade.
Las ñatitas no son solo un símbolo de protección, sino también una fuente de poder espiritual. Las personas que practican esta tradición creen firmemente que sus "ñatitas" pueden ayudar a resolver problemas, como la violencia, la criminalidad o cualquier otro desafío personal. En especial, se invoca a los espíritus de los difuntos para que intercedan por el bienestar de las familias y la sociedad.
En conclusión, el Día de las Ñatitas no solo es un acto de veneración, sino también un acto de conexión profunda con los seres queridos que han partido. Es una tradición que representa el vínculo entre los vivos y los muertos, y que continúa siendo una de las manifestaciones culturales más significativas en Bolivia.
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