La escasez de diésel en Bolivia está afectando seriamente el transporte interdepartamental. Empresas de buses han reducido sus salidas hacia Cochabamba, Potosí y Santa Cruz, debido a la dificultad para conseguir combustible suficiente para los viajes de ida y vuelta. Esta situación ha generado largas filas y esperas de hasta tres días para los pasajeros, quienes se ven obligados a reorganizar sus planes de viaje.
El problema también ha reducido la competencia entre empresas de transporte, ya que muchas no pueden operar por falta de diésel. Esto provoca que las rutas queden parcialmente cubiertas y que la disponibilidad de flotas sea limitada, afectando la fluidez del transporte y causando inconvenientes a quienes dependen de estos servicios para trasladarse entre departamentos.