EMAPA, creada mediante decreto supremo en 2021, tiene como objetivo apoyar la producción agropecuaria y garantizar la provisión de insumos a pequeños productores. La estatal instaló silos para almacenar granos como maíz, arroz y trigo, y distribuyó estos productos a criadores de pollo y a molineras, asegurando así la venta de pan de batalla a 50 centavos la unidad. Además, incursionó en la construcción de plantas procesadoras, como la de papa, generando cuestionamientos sobre la gestión de recursos y transparencia en la administración de estos proyectos.
Gremiales del sector productivo piden ampliar la investigación penal que ya se abrió contra exfuncionarios de EMAPA, señalando al exministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, como responsable de decisiones que habrían generado despilfarro en la implementación de la fábrica de papas en la Ciudad del Alto. La Central de Gremiales de Bolivia solicita esclarecer estos hechos, considerando que EMAPA también distribuyó semillas y agroquímicos a productores y adquirió su producción para abastecer supermercados con precios subvencionados. El Presupuesto General del Estado 2025 destina 750 millones de bolivianos para la subvención de alimentos, lo que refuerza la necesidad de un control más riguroso sobre el uso de estos recursos.