Jeanine Añez expresó su agradecimiento a las personas que le brindaron apoyo durante su reclusión, destacando las muestras de cariño y solidaridad que recibió constantemente. Dijo que nunca le faltaron alimentos ni detalles enviados por quienes se solidarizaron con ella, a pesar de no haber contado con respaldo institucional. “Cuando uno no tiene partido político, no tiene apoyo institucional, pero sí el apoyo humano”, afirmó, al recordar que exautoridades de su gobierno prefirieron mirar hacia otro lado.
En su declaración, Añez aseguró que la justicia boliviana estuvo “sometida al poder político” durante los últimos años y calificó como “el monstruo” a Evo Morales, Luis Arce, Eduardo del Castillo, Iván Lima y Álvaro García Linera, a quien llamó “el diablo propio”. Señaló que estas autoridades manipularon los procesos judiciales y presionaron a jueces y fiscales. Añadió que todos ellos deberían ser investigados y enjuiciados por los abusos cometidos, afirmando que su encarcelamiento fue especialmente duro por su condición de mujer y expresidenta.
Añez recordó las dificultades de su gobierno de transición, marcado por la crisis política y la pandemia de COVID-19. Afirmó que la Asamblea Legislativa, controlada por el MAS, le negó créditos internacionales para enfrentar la emergencia sanitaria, y que fue una etapa “de condiciones imposibles”. Sostuvo que nunca buscó la política, sino que esta “la buscó a ella”, y que su participación siempre fue guiada por la intención de servir al país, no por ambiciones personales.
Consultada sobre un eventual retorno a la política o una nueva candidatura, Añez señaló que seguirá sirviendo a Bolivia “desde donde le toque”, pero sin aspirar a ningún cargo público. Manifestó que no busca venganza y que su prioridad es mantenerse activa en labores que aporten al país. “Nunca pedí ser constituyente, senadora ni presidenta; siempre ayudé desde donde estuve”, subrayó.
Añez se dirigió a quienes consideró sus “verdugos” y pidió a Dios que los perdone. Denunció haber sido víctima de violencia psicológica, trato degradante y falta de respeto durante su reclusión, asegurando que vivió una “tortura permanente”. Dijo que muchas de sus memorias están nubladas por el trauma, pero que desea que nadie más pase por una experiencia similar. En su despedida, envió bendiciones al presidente electo Rodrigo Paz, deseándole sabiduría y humildad para gobernar.
Finalmente, Añez se refirió al presidente electo Rodrigo Paz, a quien le deseó “muchas bendiciones de Dios”, además de sabiduría y humildad para conducir el país. Expresó su esperanza de que la nueva gestión actúe con justicia, respeto y reconciliación, y que Bolivia pueda dejar atrás la etapa de confrontación política. “Le deseo que se cuide mucho y que gobierne con el corazón puesto en el pueblo boliviano”, señaló.
