Aumento de precios de la carne de res genera preocupación y llamados a controlar a los distribuidores
El precio de la carne de res ha aumentado significativamente, con el kilo de carne gancho alcanzando los 28 bolivianos, mientras que el costo de la vaca y el novillo se sitúa en 24 y 26-27 bolivianos respectivamente. Los comerciantes locales, conocidos como "caseritas", se ven afectados, ya que no pueden elevar sus precios sin perder clientela, a pesar de que los mayoristas argumentan escasez.
Los vendedores han expresado su frustración, señalando que la situación se complica por el aumento de otros costos operativos, como el alquiler, el agua y la luz. Afirman que la escasez es un problema artificial, donde algunos distribuidores esconden carne para manipular el mercado y generar mayores ganancias, lo que provoca una presión financiera considerable sobre los pequeños comerciantes.
Este aumento de precios de la carne de res no solo impacta a los consumidores, sino que también pone en jaque la viabilidad económica de los pequeños vendedores. Se hace un llamado urgente a las autoridades para que implementen controles más estrictos sobre los distribuidores y así garantizar precios justos y accesibles para todos.