Internos del Centro de Rehabilitación Qalauma, en Viacha, reconocen sus errores y envían mensajes a otros jóvenes para que no repitan conductas delictivas. Algunos cumplen detenciones preventivas o condenas por diversos delitos, mientras reflexionan sobre sus acciones y destacan la importancia de estudiar, trabajar y respetar a sus familias para evitar problemas legales.
El centro alberga a aproximadamente 556 internos, quienes enfrentan hacinamiento y limitaciones en alimentación e insumos básicos. La mayoría están privados de libertad por delitos graves como violación, estupro, robos o tráfico de sustancias controladas. Algunos jóvenes cumplen largas detenciones preventivas sin sentencia, lo que genera preocupación sobre la justicia y la necesidad de revisión de sus casos.
Como parte de su rehabilitación, los internos participan en talleres de carpintería, metalmecánica, repostería, costura y elaboración de losetas, que podrán ser vendidas a municipios. Estas actividades buscan brindarles habilidades productivas y educativas que faciliten su reinserción social y les permitan contribuir positivamente a la comunidad.
Las autoridades del centro y del Sistema Judicial han implementado instructivos para revisar los casos de detención preventiva prolongada y garantizar que los procesos legales se cumplan. Asimismo, se han incorporado universidades en los centros penitenciarios para fortalecer la formación académica y laboral de los jóvenes, fomentando su desarrollo personal y social antes de recuperar la libertad.