Los trabajadores panificadores de El Alto señalan que el precio del pan debería ajustarse a un boliviano, e incluso reconocen que podría mantenerse en 0,75 centavos, ante la posible eliminación de subvenciones que impactará en el costo de la harina en los mercados. Argumentan que un incremento en el precio del pan permitiría mejorar los salarios de los panaderos, los cuales actualmente se encuentran por debajo de un salario mínimo y no resultan suficientes para sostener a las familias del sector.
Asimismo, los trabajadores advierten que las subvenciones otorgadas han beneficiado principalmente a los panificadores federados, quienes han recibido harina, azúcar y manteca subvencionadas, insumos que no se utilizan en la elaboración del pan de batalla. Según denuncian, estas ayudas han generado ganancias extras para algunos productores y no han contribuido al bienestar de los trabajadores ni de la población en general.
