Los panificadores independientes denunciaron un mal manejo de la subvención estatal para la harina, señalando que esta medida no benefició a la población. Aseguran que, pese al aumento del precio de la harina a 500 bolivianos, mantuvieron el precio del pan reduciendo solo el gramaje en 10 gramos, mientras que otros beneficiarios de la subvención incrementaron precios sin que existiera un beneficio real para los consumidores.
Ante esta situación, el sector solicitó al gobierno entrante revisar la administración de la subvención y realizar auditorías a nivel nacional y departamental, incluyendo asociaciones, federaciones, para garantizar que los recursos lleguen efectivamente a quienes lo necesitan. Además, anunciaron que solo solicitarán la continuidad de la subvención si se asegura una gestión transparente y eficiente.
